Ir al contenido principal

Relatos para navegar:Romper el silencio es romper las cadenas de la violencia patriarcal.

Romper el silencio es romper las cadenas de la violencia patriarcal.

Repentinamente el hermano menor de mi abuela paterna comenzó a visitar la casa de mis padres. No recuerdo mucho de él, pero era barbudo y andaba en una moto grande y antigua. Aparecía sin avisar, charlaba un rato, tomaba unos mates y se iba.

Un día con el rostro poseído por la curiosidad mi madre hizo la pregunta: "¿Y si es hermano de tu madre, por qué tiene el apellido de tu padre?" Mi padre quedó aturdido con aquella pregunta, no podía develar ese misterio, aunque pasó noches en vela intentándolo; hasta que decidió preguntarle a la única persona que le podía decir la verdad.

Un día cualquiera, sin previo aviso, el hermano de mi abuela volvió a aparecer, se sentaron a tomar unos mates y sin decir "agua va" mi padre le sampó la pregunta: "¿Si sos hermano de mi madre, por qué tenés el apellido de mi padre?" La respuesta nos congeló la sangre para siempre. Mi padre descubría así que su origen era el abuso incestuoso, dejándolo mudo.

Su padre, era también su abuelo. Su madre, era también su hermana. Su tío, era también su hermano...
A mi abuela la enterramos hace un mes, durante toda su agonía mi hermana y yo le hicimos saber que nada había sido su culpa.

Cuando ella tenía 7 años su madre falleció, dejándole a cargo a su pequeño hermano de 3 meses. Su padre la hizo ocupar no sólo el rol de cuidado, sino que también le encargó los "deberes" sexuales. Tras la menarca quedó embarazada y huyó al Consejo del Niño, pero al cumplir la mayoría otra vez se quedó en la calle. Entonces no tuvo opciones y cayó nuevamente al "amparo" de su abusador.

Mi padre era el más chico de 5 hijes. 

Hoy pienso en mi abuela que no tuvo otra opción más que permanecer con su abusador. Inmediatamente pienso en que en este momento, bajo la forma de cuarentena, al lo largo y ancho del mundo, miles de mujeres, miles de niñes y miles de personas en situación de múltiples y diversas vulnerabilidades, se ven obligades a permanecer bajo un mismo techo con sus abusadores; aislades, sin posibilidad de pedir ayuda.

Nuestra responsabilidad es seguir entretejiendo redes de cuidado. Podemos permanecer aisladas pero solas nunca más.

Meche
Recibido el 27 de marzo de 2020.
00:29 hs.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Relatos para navegar: Las amigas.

Las amigas. Destaco el papel de las amigas en estos tiempos de cuarentena más impuesta que aconsejada. Desde hace tiempo vengo repensando esto de la amistad, de las amigas que se van cosechando a lo largo de las experiencias vividas y los años compartidos, relaciones largas y llenas de aprendizaje, más que cualquier pareja. Hace algunos años me encontré con la maternidad en una etapa de cambio rotundo, viviendo una experiencia nueva, con el desafío de cambiar de territorio. Maternar en el campo fue maravilloso, pero en muchos momentos solitario. No colaboró una especie de cuarentena auto impuesta luego de los partos, donde la distancia jugaba en contra, el contacto y la contención quedaban, en el mejor de los casos, sujeto a lo virtual (siempre y cuando la señal lo permitiese) . Las amigas acompañaban como podían, dedicamos horas a grandes disertaciones sobre estrategias y recomendaciones para la crianza. Consejos de la abuela, recetas familiares, datos concretos de la medicina, las d...

¿Quiénes somos? ¿Qué nos convoca?

¿Quíenes somos? Somos mujeres, feministas, madres, trabajadoras, hijas, que nos reunimos desde hace casi dos años a compartir, pensar y dialogar sobre nuestras diferentes vivencias de la maternidad y las interpelaciones en torno a ellas. Somos múltiples y cambiantes, lesbianas, hetero y bisexuales. Somos colectiva viva, abierta y en construcción. Nuestras formas de amar son diversas. Nuestras vivencias del embarazo, el parto, el puerperio, la lactancia y las crianzas son múltiples, al mismo tiempo que tienen dimensiones compartidas. Maternamos desde el disfrute, desde el amor, desde la alegría, desde el deseo y también en medio del cansancio, el agobio y la culpa. Algunas planificamos ser madres, otras no. Juntas buscamos reflexionar sobre las distintas formas de maternar y de deconstruir los mandatos sociales que nos atraviesan. Al encontrarnos nos espejamos, nos contenemos, conectamos con nuestras madres y ancestras en el linaje femenino que nos atraviesa, con lo que pode...

Relatos para navegar: Desmadre...

Desmadre convoca a escribir en esta cuarentena. Escribir la cuarentena, describir la cuarentena, describirnos, escribirnos. Pienso que hace mucho que no escribo. Es un ejercicio parecido a la libertad, es la libertad que nos está faltando en estos días de tanta invitación a No hacer cosas. Leí algunos de los textos de las compañeras que fueron enviando. Muchas hablan de la realidad, lo indignante, el gobierno, y yo pienso que si escribiera no podría salir de mi, no puedo dejar de mirarme a mí. Esto me da culpa, me falta conciencia social, pienso, soy egoísta, más culpa, solo yo, solo pienso en mi. Empezó la cuarentena cuando estábamos en un proceso de separación, nos turnábamos en la casa (la casa es de les niñes). Las primeras semanas fueron fáciles de llevar así, alternando. Luego ya no pudimos irnos a otro lado. A medida que el virus avanzaba el miedo cerraba más puertas, nos fuimos quedando los dos en casa y coincidió con que intentamos rearmarnos. El padre sigue yendo a traba...