“Hoy escuché en la radio:
"el problema es que no sabemos usar nuestro tiempo sin un fin",
y la frase me quedó dando vueltas la media hora que duró mi alejamiento de nuestra casa
de rutinas pandémicas y apocalípticas.
Se suponía que ese rato tenía que ser usado para relajarme y alejarme (porque seamos realistas, nadie soporta 24 horas continuas de este confinamiento maternando),
pero vuelvo a casa agobiada por esas palabras y
me enredo en mis pensamientos y me agoto pensando que es verdad,
que hemos pasado estas semanas poniéndonos el objetivo de hacer.
Millones de pdf con actividades, mensajes por todas las redes sociales invitándonos a probar mil y una formas de hacer, de ocuparnos, de ocuparles.
A ustedes niñes. Y ahí te vuelvo a mirar y me doy cuenta,
no quiero ocuparte, no quiero desvelarme pensando en actividades para que hagas.
Quiero estar. Que este confinamiento me de eso, la posibilidad de estar
como no estoy ni estuve hasta ahora,
presente de otra manera, presente para vos y contigo mientras perdemos el tiempo.
Ahí con vos en todas las siestas, apretados en esa cama de 1 plaza que
todos los días me recuerdo como un mantra que tengo que mejorar y
que tengo que cambiarle el colchón aunque sabemos que no pasará,
ahí haciendo nuestra primera torta juntes, ahí enojándonos y llorando
porque te grité y me arrepentí y te pedí perdón, y nos reímos
y nos dimos besos en el cogote, y nos abrazamos
porque el globo verde hizo pum y te asustaste como nunca.
Yo no sé estar en este mundo sin manejar el tiempo y esta crisis asquerosa
de pandemia capitalista me dio el regalo de probar estar en tu mundo sin tiempo,
y me encanta.
Y entre tanto dolor de otres agradezco que tengamos la oportunidad de perder el tiempo juntes”
Gabriela Porley
Recibido el 29 de marzo de 2020.
23:20 hs.
Comentarios
Publicar un comentario