"Insostenibilidad de la vida en tiempos de cuarentena"
Días de cuarentena 2020
Me desperté con la imagen de que fuera una máquina con múltiples manos, algo que facilitaría la vida en cuarentena 2020, con una limpio la casa con la neurosis de que el virus invisible, el tal corona, nos persigue, con la otra pienso ¿Qué hacer de comida? y atiendo a los niños que me piden leche, pan, dulce, fruta; con la otra mano agarro la computadora y trato de abrir el correo y seguir con mi teletrabajo; con la otra busco los deberes para los niños y me siento a explicarles y a acompañarles en sus resoluciones, con la otra intento acompañar los mensajes que se multiplican a cada minuto en los grupos de WhatsApp, con la otra reto a los niños que, por momentos se aman y por otros se odian, con la otra quiero establecer una conversación de adultos con mi compañero que vive de a rato en su mundo paralelo, luego de funcionar todo a la vez me veo como una máquina mal formada y que anda desbordada y que de a poco deja de funcionar, escucho un gran ruido y pá, se rompe, los pedazos salen desparramados por la casa, por el patio, por el techo ¡de vuelta la casa sucia! de un gran suspiro me despierto con las voces suaves y una sonrisa de un niño diciéndome ¡Hay sol!, ¡Despiértate!, ¡Hay sol, está de día!, ¡Despiértate!
Días de cuarentena 2020
Me desperté con la imagen de que fuera una máquina con múltiples manos, algo que facilitaría la vida en cuarentena 2020, con una limpio la casa con la neurosis de que el virus invisible, el tal corona, nos persigue, con la otra pienso ¿Qué hacer de comida? y atiendo a los niños que me piden leche, pan, dulce, fruta; con la otra mano agarro la computadora y trato de abrir el correo y seguir con mi teletrabajo; con la otra busco los deberes para los niños y me siento a explicarles y a acompañarles en sus resoluciones, con la otra intento acompañar los mensajes que se multiplican a cada minuto en los grupos de WhatsApp, con la otra reto a los niños que, por momentos se aman y por otros se odian, con la otra quiero establecer una conversación de adultos con mi compañero que vive de a rato en su mundo paralelo, luego de funcionar todo a la vez me veo como una máquina mal formada y que anda desbordada y que de a poco deja de funcionar, escucho un gran ruido y pá, se rompe, los pedazos salen desparramados por la casa, por el patio, por el techo ¡de vuelta la casa sucia! de un gran suspiro me despierto con las voces suaves y una sonrisa de un niño diciéndome ¡Hay sol!, ¡Despiértate!, ¡Hay sol, está de día!, ¡Despiértate!
Recibido el 24 de marzo de 2020.
17:21 hs.
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