Empieza todo esto de la cuarentena
y explotan las redes con actividades fantásticas, infalibles y perfectas para hacer con les niñes...
De verdad las admiro a todas esas mentes y esos cuerpos. Pero también pienso: si arrancas así el día 1 que dejas para el día 14?.
Más propuestas veo más me paralizo. Nada me parece menos humano y espontáneo que convertir tu casa en un parque de diversiones, haciendo cosas que en unas vacaciones normal no harías. Y repito, admiro y valoro todo eso, pero es que de verdad no me sale y eso de por si es bastante frustrante.
Por qué el miedo a enfrentar la realidad? Al aburrimiento, a la tele, al desconcierto, a tirar todo tu ideal de crianza por la borda...
no puedo evitar sentir que ese miedo se llama presión social. Lo que te termina llevando a creer qué tal vez no sos la madre que creías ser, que no sos creativa y copada, porque tal vez estés un poquitin preocupada por la coyuntura.
El otro día a modo de gracia(para mi) y con mucha acidez y oscuridad subí una historia a Instagram haciendo una actividad con mi hijo de 22 meses donde contaba el desenlace real, ese que nunca cuentan las influencers de crianza y juego, las emprendedoras con tiempo y plata y que claramente no era el esperado al plantear la actividad.
Como quedarán nuestras cabecitas después de todo esto?...
Recibido el 26 de marzo de 2020.
13:24 hs.
Comentarios
Publicar un comentario